Las leyes y regulaciones de valores son muy relevantes para una oferta pública inicial. La ley principal que rige las OPI en los Estados Unidos es la Ley de Valores de 1933, que exige que las empresas que emiten valores se registren en la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y brinden información detallada sobre su situación financiera, operaciones comerciales y factores de riesgo. El propósito de estas regulaciones es proteger a los inversionistas y asegurar que tengan acceso a información precisa y completa al momento de tomar decisiones de inversión.
Para obtener aprobaciones regulatorias para una OPI, una empresa debe trabajar en estrecha colaboración con sus asesores legales y financieros para preparar una declaración de registro detallada, conocida como Formulario S-1, que se presenta ante la SEC. El formulario S-1 contiene una gran cantidad de información sobre la empresa, incluidas sus operaciones comerciales, situación financiera, equipo de gestión y factores de riesgo. La SEC revisa el Formulario S-1 para asegurarse de que cumpla con todas las leyes y regulaciones de valores aplicables.
El proceso de revisión de la SEC suele tardar varios meses, tiempo durante el cual la empresa puede recibir comentarios de la SEC y puede necesitar realizar cambios en su declaración de registro. Una vez que la declaración de registro se considera efectiva por la SEC, la empresa puede proceder con su oferta pública inicial.
Además de la SEC, es posible que una empresa también necesite obtener aprobaciones de otros organismos reguladores, como los reguladores de valores estatales o los reguladores específicos de la industria. Estas aprobaciones pueden agregar tiempo y complejidad adicionales al proceso de IPO.
En general, el proceso regulatorio para una IPO es complejo y requiere mucho tiempo, y es importante que las empresas trabajen en estrecha colaboración con asesores legales y financieros experimentados para navegar el proceso con éxito.