En una oferta pública inicial, el precio de las acciones lo determinan los suscriptores, que son bancos de inversión contratados por la empresa para ayudar a facilitar la oferta. Los suscriptores trabajan con la empresa para determinar el precio de oferta apropiado, en función de una serie de factores que incluyen el desempeño financiero de la empresa, las perspectivas de crecimiento y las condiciones del mercado.
Los suscriptores suelen realizar un "espectáculo itinerante" antes de la oferta pública inicial, donde se reúnen con inversores potenciales y miden el interés en la oferta. Con base en esta retroalimentación, pueden determinar la demanda de las acciones y establecer un precio de oferta que creen que generará suficiente demanda y al mismo tiempo proporcionará un buen rendimiento para los inversores.
El precio de oferta generalmente se establece ligeramente por debajo del precio de mercado esperado de las acciones, a fin de generar interés y demanda para la oferta. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el precio de mercado real de las acciones después de que comiencen a cotizar puede ser mayor o menor que el precio de oferta, según factores como las condiciones del mercado y el sentimiento de los inversores.
En resumen, los suscriptores son responsables de establecer el precio de oferta de una oferta pública inicial, en función de su evaluación del desempeño financiero de la empresa, las perspectivas de crecimiento y las condiciones del mercado, así como la retroalimentación de los inversores potenciales.